
Tecnología
IA para aparentar "disrupción", humanos para sostenerla.
¿Y si todo lo que llamamos inteligencia artificial fuera, en realidad, una forma más sofisticada de ocultar trabajo humano? No hablamos solo de algoritmos que completan frases, sino de sistemas diseñados para parecer autónomos mientras dependen —a cada paso— de programadores invisibles, prompts ocultos, baterías externas y decisiones que nadie